Socavando fuerzas

QUERIDA AMIGA:

Después de varios días en los que la calma yacía sobre mí, hoy recibo la noticia de que se avecina la tempestad más cruenta de mi vida, pues he de enfrentar cara a cara a quien tuvo el don de hacerme soñar en un mundo inexistente, al que me hizo creer que era amada ¡Patrañas, todo fue una vil mentira!

¿Qué me cuentas amiga, si yo ya te percibía muy tranquila luego de la tormenta de la cual emergiste...?

El amor de mi vida vendrá a esta mi tierra para recoger algunas pertenencias que dejó olvidadas en el ayer. Dolerá tenerlo cerca sabida de que será la última vez que mis ojos lo vean y ya no como mío, sino como pertenencia de otra mujer.

Que el pasado no te aflija, eres dueña ya de tu destino, que él no regrese a zanjar con lo que has construido, indícale que supiste salir adelante sin su cariño, su mal amor no te hundió, al contrario, te vigorizó...

Tarea ardua me has encomendado ¡No es el tiempo para confrontarlo, mis heridas no han sanado! Y aun cuando ante todos me muestre de pie, por dentro lloro y reclamo a la vida por estar sin él. Si tú supieras amiga he pensado en…

No continúes, esas palabras insinuantes están demás, sé mujer, date tu lugar, de peores ahogos has salido triunfadora, demuéstrale que su imagen no te obstaculiza, desempolva tu altivez, que sepa que no ha ganado esta vez...

Tienes razón, no me ha de ver ni con flaquezas añadas, ni con la debilidad que me adormece con su sola presencia, seré la mujer roble, llena de seguridad, una mujer renovada, puesta con los pies sobre aquella tierra firme que algún día pisé. Me verá diferente y bajo la causalidad que acuse a la comparación, donde solo yo saldré triunfante.

Y yo estaré aquí para acompañarte, para no dejarte caer otra vez, si tienes que perderte en la mirada de alguien, que sea en ti misma, mírate al espejo, el reflejo denota impaciencia, necesita perderse en ti, que nadie te cierre el camino, dilata los días y vívelos en armonía, aquí continuamente quedará mi mano por si alguien pretende hacerte más daño…

Tomaré tu mano cual sediento toma el agua del manantial, pues debo de aceptar, sin querer me extravié, me convertí en una mujer sumisa y abnegada ¡Que ironía de la vida! Era algo que no deseaba ser, pero el amor en ocasiones te transforma y se convierte en el constante enemigo al asecho y te lleva a tocar los fondos de la vida más dantescos que osaras en imaginar, hoy te puedo decir para orgullo de mi ser… ¡Yo ya los pisé y hoy estoy de pie! Sé que el día que lo vea estaré postrada en el infierno de dolor y frustración, solo eso le he de obsequiar, pero al siguiente día ¡Me verás en los cuernos de la luna!

Estás equivocada, el amor en ninguna ocasión es nocivo, el amor engrandece, fortalece, es unión de dos en un alma grande, en un sin fin de probabilidades… Ya que despertaste, ve al cielo y retorna, sé parte de este mundo, aquí te esperan las oportunidades a las que por engañada no supiste entregarte, ya no te malgastes, solo piensa en el futuro que ese…al irse te regaló.

Amiga, cuanto falta me harás físicamente para cuando llegue el día de enfrentar al peor toro de mi vida, no sé qué es lo que pretenda, pero degusto entre mis labios el sabor dulce de saberme una mujer que pese al tiempo y la presencia de ella en su vida cotidiana, no ha logrado dejar de nombrarme ¡Luz, su luz! Pues eso fui y seré eternamente, ¡Podrá volver a amar, pero jamás cómo me amó a mí!


DUETO POETICO DE TUANGELFIEL Y DORIS B.P

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AUT. DORIS B.P