Pendo de una cuerda floja donde he colocado estoicamente mis fortalezas, ignorante me encontraba que el destino nuevamente me haría la peor de sus jugadas, ahora simplemente cavilo entre la mar de mis procederes para concatenar metas que en el espejo de la vida he colgado.
Derogo leyes propias, cabildeo con el único juez al cual no refuto pues él y solo él, sabe lo que a la constitución de mi vida conviene, mas solo me compete hacer mi mayor esfuerzo.
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