Deambulando en el asfalto de la vida, veo la mirada triste de una niña cobijada en el regazo de su madre, apenas con fuerzas para continuar viviendo, son muchos los pesares, las hambres y el maltrato que a su corta vida ha tenido que soportar, la madre… Cubriendo el cuerpecito de su pequeña, pues ambas tiemblan de frio en una tarde cálida, de ese frio que el hambre provoca al filo del último suspiro terrenal.
Corren por su rostro marchito gotas del mar muerto y la mirada… esa mirada que se oculta en el ocaso de corazones paralíticos y acciones deplorables que tan solo ven sin mirar.
¡Cual si fuesen fantasmas!
Así las ven…
Así las perciben…
Y yo…
Sin poder hacer nada,
tan solo agacho la mirada…
Dios… ¡Cuánto sufren!
Y tan solo las convierto en mi alucinación incorrecta.
Gobierno… ¿Dónde estás?
¿Por qué tan solo haces mutis?
Y yo…
¿En qué me he convertido que no hago nada ante el dolor ajeno?
Y tú… sí a ti me dirijo ¿Qué haces por tu pueblo que muere día a día? ¿Eres un simple espectador que grita ante las injusticias y no haces nada igual que yo?
Copyright © 2011 by Doris B.P All rights reserved
Corren por su rostro marchito gotas del mar muerto y la mirada… esa mirada que se oculta en el ocaso de corazones paralíticos y acciones deplorables que tan solo ven sin mirar.
¡Cual si fuesen fantasmas!
Así las ven…
Así las perciben…
Y yo…
Sin poder hacer nada,
tan solo agacho la mirada…
Dios… ¡Cuánto sufren!
Y tan solo las convierto en mi alucinación incorrecta.
Gobierno… ¿Dónde estás?
¿Por qué tan solo haces mutis?
Y yo…
¿En qué me he convertido que no hago nada ante el dolor ajeno?
Y tú… sí a ti me dirijo ¿Qué haces por tu pueblo que muere día a día? ¿Eres un simple espectador que grita ante las injusticias y no haces nada igual que yo?
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