¿Por qué ataca un animal? –cuando siente invadido su espacio vital.
¿Cómo ataca el humano? – a través de la palabra.
¿En qué momento cambia su esencia natural el humano? –cuando comenzamos a interactuar con la sociedad.
A veces considero que sería mejor quedarnos estancados eternamente en la niñez. Nuestros patrones conductuales durante esa etapa de vida suelen ser modificados en el momento mismo de las primeras interacciones con otros seres de nuestra misma especie, recordemos que en esta misma, solíamos desparramar ternura con tan solo nuestra presencia y lograr expresiones como: ¡que tierno niño! Y hasta se nos apetecía cargar a ese pequeño ser y darle un abrazo.
Es el kínder, donde para nuestro infortunio aprendemos de otros niños como manejar nuestra arma más letal, la palabra, la concebimos como “solo defensa”, sin percatarnos de que lo que decimos o hacemos quedará anclado en nuestra memoria eternamente o ¿no recuerdan haber visto o escuchado las burlas mas dantescas y crueles por parte de un niño? Es ahí donde aprendemos a “defendernos” y buscar el punto vulnerable de nuestro contrincante, y esto es, desde una perspectiva muy particular que aprendemos de forma errónea “patrones conductuales por imitación, mas no por convicción” crecemos creyendo que lo que hacemos es lo correcto, porque hay que reconocer, jamás esas burlas son lanzadas ante la presencia de personas adultas, pareciera mentira, pero algo en nuestro interior nos dice que lo que hacemos no es correcto (conciencia), así que aprendemos dos cosas al mismo tiempo:
- A manejar nuestra inteligencia con suma maestría.
- Patrones conductuales, que una vez que los practicamos, jamás serán movidos de nuestro cerebro, posiblemente modificados para nuestro beneficio o perjuicio acordes a las enseñanzas de los adultos.
Por otra parte lanzo un penúltimo cuestionamiento ¿el niño en realidad aprende a ser cruel en sus primeros años de educación formal o es nuestro mal trabajo de padres?
Quizás sea momento de hacer un pequeño análisis sobre nuestros valores y patrones conductuales que estamos heredando a nuestras generaciones y reestructurar ideologías que nos bloquean e impiden avanzar como una “sociedad civilizada”. No enseñemos a nuestras generaciones futuras a ser crueles o injustos ¿no hay suficientes injusticas ya? Niños muriendo de hambre, niños con ametralladoras por juego y podría seguir enumerando otras tantas mas injusticias que sería imposible terminar este escrito.
Y por último ¿qué sociedades queremos para nuestros hijos? No voy a refutar a aquellos que consideren que como padres solo podemos cambiar el entorno familiar de un niño y que el entorno social sería como intentar cambiar al mundo en un solo día, imposible tarea, mas sin embargo, eduquemos a nuestros hijos con valores y amor, solo así veremos el cambio en nuestras generaciones futuras.
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