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Decidí escribirle una carta a la única amiga fiel que poseo, pues a ella nunca antes le había escrito nada, lo cual considero una ingratitud de mi parte, así que hoy que tuve al menos unos segundos de tiempo me dispongo a hacerlo, pero antes me permito contarles...

Ella ha sido una gran amiga desde hace mucho tiempo, donde suelo refugiarme por largas horas y en la que busco un poco de lo que en su momento necesito, si, lo acepto y hasta pena me da, la utilizo sin hacerme el más mínimo reproche, en ocasiones se llega a enfermar, acto seguido debido a mi gratitud, de inmediato la suelo tomar entre mis brazos y llevarla al doctor, pero este no es cualquier doctor, es un especialista en el ramo, propio para curarla de inmediato, ni modo, cueste lo que cueste, hay que tenerla muy sana, pues los virus para ella podrían resultar letales y no quiero perderla pues cada que busco cualquier cosa, ella sabe el lugar justo donde yo las he depositado, soy muy olvidadiza, naturaleza de mi ser, pero si la tengo a ella cerca ahí está para decirme ¡Ps, ps! ¿Es esto lo que buscas? Y obviamente, yo con mi cara de felicidad le respondo –Gracias, uf me has salvado.

En mi amiga he depositado infinidad de trocitos de mi vida, mis letras, mis recuerdos, fotos de personas especiales en mi vida y es en ella donde busco a las personas que más quiero, mi familia, mis amigos y a mi todo perdido, cada que necesito saber de él aparece la información requerida.

Gracias querida amiga por estar ahí para ayudarme a sopesar mis penas… Esa amiga de quien les hablo es mi inseparable computadora, no me digan que… ¿Pensaron que sería tan ruin para utilizar a una persona? -¡Sorpresa! No soy así, a mis amistades las sobrevaloro y procuro estar ahí para cuando me necesiten y a mis amigas y amigos que no les da hipo… (Hipocresía) reciban un cordial saludo desde mi bello país México.