¿Por qué cuando estoy contigo no escribo absolutamente nada?
Algún día te lo pregunté viéndote fijamente a los ojos,
acto seguido, pusiste tu mano sobre mi pecho,
hiciste mutis y de tus labios brotaron estas palabras:
¡Porque yo lleno cada pedacito de tu corazón!
Mentiste vilmente,
de tu lengua brotaron solo palabras lacerantes
que fueron puñaladas para mi maltrecho corazón,
el tiempo te ha desenmascarado porque de tus promesas de amor,
ni el polvo ha quedado.
Hoy no escribo nada,
porque no me has dejado nada para recordar,
te has llevado con tu adiós cada uno de mis recuerdos.
Ya no siento la necesidad de escribirte,
de plasmar con mi pluma
cada uno de aquellos sentimientos que brotaban con tan solo verte,
se escaparon de mi alma aquellas locuras que me hacías cometer,
mataste con tus actos lo que un día sentí por ti,
renunciaba a mis noches de sueño,
a mis noches de cansancio
por verte aunque solo fuera por unas horas,
dejaba, renunciaba a todo por estar a tu lado,
¿Cuántos sacrificios hechos?
¡Nunca los valoraste!
Pero a de llegar el día en que la soledad
termine por atraparte y solo tiendas la mano a mi recuerdo
en la infinita comparación de lo que di y fui a tu lado
con la que para ese entonces ocupe un lugar en tu vida,
y no, no puedo decir para tu desgracia
“Con la que ocupe mi lugar”
porque como tu bien un día dijiste:
¡A nadie volverás a amar como me amaste a mí!
Vacio, es lo que has dejado como recuerdos en mi corazón,
mas no estoy adolorida,
mucho menos quebrantada,
vivo con dignidad en pie de lucha,
pues esa es mi condición de vida.
Tal vez escriba al sol, al verde campo, pero…
¿A tu recuerdo? ¡Ni una frase mal ortografiada me nace dedicarte!
Con el tiempo tal vez me sea posible escribir y dedicarte tu epitafio,
para describir en una cuartilla,
lo que tu persona dejó en mi a tu paso,
la verdad sea dicha y ahora
yo con el corazón en la mano solo te digo
que vacio a mi corazón has dejado.
Requiescat in pace mi pluma solo para ti,
pues ya llegará el amor
que transformará con su presencia
el color de la tinta de mis versos,
adiós a quien amé a destiempo.
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