No sé qué pensar
ni siquiera qué hacer
para pronto olvidar
a la razón de mi ser.
Vagando en las calles
intentando creer
que amar tu sabes
pero me tocó perder.
Tú, un gran perdedor
solo sabes fingir
triste maestro proveedor
rindes pleitesías al herir.
Deja que me embriague
en estas tristes notas
que bailan en el desfogue
para que a tu lado no me sientas.
Llévate con tu triste olvido
las sábanas frías de mi alma
que poco a poco he perdido
la última gota de mi calma.
Ya no puede más seguir
porque en su triste juventud
no ha hecho otra cosa que sufrir,
ser fuerte, su única virtud.
Ante este fecundo corazón farabute
solo queda la inmundicia de una carantoña
que persiste en que se permute
al olvido donde se pudre la carroña.
Como olvidar aquellas promesas
que a paso desmesurados
han quedado en eternas lontananzas
y solo en sueños apagados…
El día que de mi te alejes
solo se tocarán canciones
para que tu jamás dejes
heridos los corazones…
Copyright © 2010 by Doris B.P
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