Hoy voy a hechizar mi vida, cambiar mi rostro plagado de melancolía, de ausencias eternas y de dolores añados que se denotan en estos ojos que son la ventana de mi alma, pues nada he ocultado con ellos, son la viva imagen del dolor. Para este momento, no sé si coincido con aquella frase “Todo llega en el momento justo” Alguien llegó a mi vida hace casi tres años, consideré que esta frase era idónea para “nosotros”, que era el instante de hacer un cambio en mi vida y así lo hice, permití que se transformara en mi motivo de mi vida, mi motor que me impulsaba a continuar luchando por cada sueño, por mínimo que este fuera, pero al correr del tiempo las cosas y tal vez los sentimientos fueron cambiando, cometí un error: me transformé en codependiente ¡Sí! Asumí que mi felicidad dependía de él, que si estaba a mi lado aún en la distancia yo era la mujer más feliz sobre la faz de la tierra, con un te amo transformaba mis desalientos en los instantes en los que ya no podía mas, incansablemente me repetía ¡Dios, ayúdame, siento que ya no puedo más estando sola! Pero al despertarme y ver a mis hijas junto con sus aciertos y desaciertos, con sus sonrisas, sus brincos y caídas me daba cuenta que no estoy sola, que no necesito de nadie más, que Dios me las dio a ellas para hacerme más fuerte, para levantarme cada día y recoger cada pedacito de mi que yacía a mitad de la nada.
Son solo segundos que logro evadir a mi mente y que el recuerdo de el permanezca ausente, que con el correr del tiempo me descubro cada vez mas cansada de la vida injusta que me toca vivir, pero pese a ello, he de resurgir como el ave fénix o como las águilas que al llegar a determinada edad carecen de belleza estética y se remontan a las alturas en soledad para ver y sentir en carne propia su transformación, ven como sus pesuñas caen, sus plumas vuelan ante su único compañero fiel que es el viento, pero al creer que están muriendo, surge el milagro de la vida y comienzan a salir sus plumas y sus garras son más fuertes para ir corriendo detrás de su presa…
Tengo la obligación firme de levantarme, de salir volando para exigirle a la vida lo que por derecho me corresponda, que si sola y sin amor he de vivir el resto de mi vida ¿Saben qué? ¡Hoy lo acepto sin miedo y sin dolor! Ya no quiero más engaños, ya no quiero más sufrimiento de ese que te deja sin alientos.
Aprendí a volar en el infinito universo de la vida y de ahí es que tomo fuerzas y mi impulso es la soledad que hoy acepto, pues ya de nadie depende mi felicidad sino de mi misma. La vida me ha enseñado a marchas forzadas que del dolor también se aprende y pese a él hoy me levanté, me arreglé bonito y salí a poner mi mejor cara ante la sociedad que se transforma cada día más en solo suciedad, preocupados por vidas ajenas olvidándose de la propias, alardean y destruyen a su antojo… pobres de aquellos que destruyen vidas.
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No cometas el error de refugiarte en una relación para dejar de sentirte sola, no digas un te amo sin sentirlo y mucho menos inicies una relación cuando aún en tu corazón y mente anidan los recuerdos profundos del ser a quien se ama, solo te burlarás de tu pareja pues estando con el pensarás y recordarás a quien amas y eso mi querida amiga es engañarte y engañarlo a él, pasa por la etapa del duelo, que a ciencia cierta, sé que es dolorosa pero debes de pasar por ello, no te escudes en él, ni permitas que sea tu fuga perfecta del dolor.
Recibe un cordial saludo mi querida amiga desde esta tierra sureña y espero que pronto todo ese dolor desaparezca y por lo que te escribí sabrás que estoy pasando por lo mismo que tu. ¡Suerte! Que Dios te bendiga.
Copyright © 2010 by Doris B.P
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