Porque he visto la felicidad más allá del vuelo de una monarca, más allá del suspiro de un recién nacido, más allá de lo palpable, de lo tangible, de lo humano y de lo infrahumano, es que no puedo renunciar a ella, no te lleves mi corazón, detente, tú que me dabas la luz de luna en cada noche fría, que cobijabas con tus besos a mi cuerpo que helado estaba. Rompe los cuadros de preceptos sociales, atrévete a oler el aroma del amor que tu sientes, atrévete a navegar en las mareas de la vida, que yo soy tu barco y te he de llevar hacia tierras seguras, hacia la isla perdurable llamada felicidad donde solo importan el tu y el yo.
En ese nuestro hogar, hay un jardín de Lilis y Alcatraces, una terraza con una vista impresionante desde la cual veremos las tonalidades que la luna nos obsequia incitándonos al amor y hacia al fondo la mar que tanto hemos soñado con ver juntos ¿A caso no has sentido la suave brisa de mi recuerdo rosando tu rostro?.
En el interior de ese nuestro hogar, que he pintado para ti, estaré en el ir y venir de nuestros días, construyendo cuadros angelicales rebosados de dicha. Si de tu corazón se ha fugado el amor, todo esto que te ofrezco parecerá insignificante, pero, si entre los recovecos de tu mente y corazón hay algo para mi, juro con el alma al filo de la locura, que vendrás corriendo tras de mi.
Un amor como el nuestro no lo puedo dejar morir, para después colocarlo en el ayer de un pasado feliz convirtiéndolo en estéril.
¡No hay reto inalcanzable en mi vida porque he decidido enfrentarla y arrebatarle lo que por derecho me corresponda! ¡Saldré triunfante!.
Mas sé que mi juventud es torpe aun, pero te pido me enseñes a caminar como lo haces tú, llévame de tu mano ¿Qué no eres maestro? ¡Se mi mentor de vida en lugar de juzgar mis errores! ¿A caso eres perfecto?
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